Gustavo Gili, Barcelona : 2013
176 p. : il. Col.
Nº monográfico de: “2G : revista internacional de arquitectura = international architecture magazine, n. 65 (2013)
Texto en español e inglés
ISBN 9788425226908
Adamo-Faiden
Arquitectura – Siglo XXI – Argentina
UPV/EHU · DISPONIBLE EN E-LIBRO
http://millennium.ehu.es/record=b1668758~S1*spi
"adamo-faiden" es un estudio de arquitectura que surge de las ruinas del
corralito argentino. Tras abandonar el país para ir a estudiar y a trabajar a
Europa, la vuelta a la Argentina posterior a la crisis supuso para Sebastián
Adamo y Marcelo Faiden una reformulación de su papel como arquitectos en el
nuevo contexto social que hallaron. En la búsqueda de nuevos programas y
ocasiones de trabajo, fue el condominio de viviendas y oficinas (de gran
tradición en Buenos Aires desde la década de 1950) la tipología que permitió al
estudio construir sus primeras obras, en las que intervinieron como arquitectos
y constructores. Desde entonces, a esta tipología varias veces ensayada han
añadido otras que han ido consolidando a adamo-faiden como uno de los estudios
referencia en el Cono Sur.
Esta primera publicación de toda su obra está integrada por 18 proyectos (15 de ellos construidos) que incluyen casas unifamiliares de nueva planta o rehabilitadas, entre la que destacamos la casa Marto; pequeños pabellones para la industria o para urbanizaciones cerradas, como el club social La Cándida; y varios condominios en Buenos Aires, como el situado en la calle 11 de Septiembre 3260.
La selección de edificios viene precedida por un texto del arquitecto madrileño Juan Herreros que da ciertas claves para entender la obra del estudio argentino dentro del mundo contemporáneo global, y otro del arquitecto argentino Ricardo Fernández Rojas, que inscribe los proyectos de adamo-faiden en el contexto de la arquitectura moderna de Buenos Aires. La sección Nexus incluye un breve texto de los propios adamo-faiden (“El trabajo de los demás”) y una extensa conversación mantenida con el arquitecto argentino Ciro Najle.
Esta primera publicación de toda su obra está integrada por 18 proyectos (15 de ellos construidos) que incluyen casas unifamiliares de nueva planta o rehabilitadas, entre la que destacamos la casa Marto; pequeños pabellones para la industria o para urbanizaciones cerradas, como el club social La Cándida; y varios condominios en Buenos Aires, como el situado en la calle 11 de Septiembre 3260.
La selección de edificios viene precedida por un texto del arquitecto madrileño Juan Herreros que da ciertas claves para entender la obra del estudio argentino dentro del mundo contemporáneo global, y otro del arquitecto argentino Ricardo Fernández Rojas, que inscribe los proyectos de adamo-faiden en el contexto de la arquitectura moderna de Buenos Aires. La sección Nexus incluye un breve texto de los propios adamo-faiden (“El trabajo de los demás”) y una extensa conversación mantenida con el arquitecto argentino Ciro Najle.
Juan Herreros | Ilustres copiones [Extracto de la introducción]
En su texto de frases robadas “El constructor contemporáneo”, Sebastián
Adamo y Marcelo Faiden afirman: “El constructor contemporáneo se sube a los
hombros de otros. Llega mucho más lejos aupado por los logros de los que le
precedieron y las vistas son mucho mejores”. Y rematan expresando: “[el
constructor contemporáneo] nos recuerda lo subestimada, desacreditada y
fructífera que resulta la imitación como técnica”.
Es necesario empezar esta reseña por un tema crucial: adamo-faiden son custodios de sus propias referencias y descarados manipuladores de las mismas; sus orígenes como arquitectos son reconocibles, pero también encuentran versiones refrescantes de ellos mismos. Historias aparte sobre escribir segundos Quijotes idénticos, ellos saben bien que, en incontables ocasiones, las diferencias que imprimen las diversas contingencias en el modelo cuando intentamos reproducirlo con exactitud han conformado el estrecho margen en el que se ha movido la arquitectura para alcanzar sus conquistas. adamo-faiden obtendrán solo unos pequeños logros en cada jugada, pero su acumulación genera una envidiable progresión hacia la construcción de un perfil tremendamente contemporáneo.
Han pasado siete años desde que volvieron a afincarse en Buenos Aires para iniciar una práctica profesional y docente que hoy está culminando su primera etapa y sobre la que merece la pena hacer balance. La monografía de su trabajo no solo es pertinente por contar lo que han hecho, sino como instrumento intelectual de verificación y descarte de intenciones e instrumentos. Seguro que ellos son los principales beneficiarios de este esfuerzo recopilatorio que obliga a preguntarse si han funcionado las líneas argumentales intuidas y también si, inconscientemente, se han activado otras que han terminado por instalarse como nuevas ecuaciones de un sistema operativo que es mitad voluntad, mitad contingencia
Este ya ha producido una veintena de proyectos, que yo desearía poder ver todos a la vez, como si de una tabla periódica de elementos se tratara, representados de la misma manera, tan escueta como fuera posible, revelando condiciones espaciales, estructuras de vacíos, formas y técnicas compartidas. Veinte proyectos que salvo contadas excepciones se ubican —más bien se incrustan, como dispersas piedras preciosas— en el vasto territorio de la ciudad de Buenos Aires, y más particularmente en la trama densa e interiormente desestructurada de las manzanas de la ciudad. Quizá su proyecto MuReRe es la proyección del deseo de imaginar una ciudad capaz que concentrar lo que hoy está disperso: una colección de “adamofáidenes” que, como aquellos “Tarzanes contemporáneos” de Toyo Ito, se ofrecen como enclaves en los que protegerse y desde los que usar una ciudad tan viva y estimulante como exigente y agotadora. Sería bueno disponer de esa panoplia con la que revisitar el concepto de tipología, no tanto desde la agotada mirada funcional, sino desde la más objetual, al estilo de las series destiladas por artistas como Bernd y Hilla Becher y sus poderosas colecciones de ingenios mecánicos, silos o cobertizos, entregados a la pasión entomológica del observador que se entretiene descubriendo las coincidencias y se emociona con las diferencias. Y así son los proyectos de adamo-faiden: veinte cosas, veinte canciones, veinte juguetes con una cierta vocación de barracas construidas con desechos de la cultura postindustrial; veinte refugios desde los que explorar confiadamente la riqueza oculta en una ciudad resacosa de orgullos inoperantes. Y en este plan, es esencial recurrir a la posición extremadamente frágil con la que “El constructor contemporáneo” debilita su condición para dejarse abollar, para cambiar la resistencia y el esfuerzo por el diálogo y una buena dosis de ironía con la que enfrentarse a su contexto. Una fragilidad gracias a la cual todo puede pasar, y que, en definitiva, constituye un instrumento de libertad para escapar de unas reglas y unos modelos agotados. Con este instrumental, deambular por la ciudad de los arquitectos que adamo-faiden quieren ser es una experiencia llena de situaciones inesperadas: hay que saber montar una trampa, obtener agua donde parece no haberla, reconocer las plantas y, sobre todo, improvisar con casi nada. Hablamos de adamo-faiden, una pareja de rastreadores capaces de seguir las huellas de cualquier arquitectura y consumirla con el mejor provecho nutritivo, y que hoy cuentan hacia atrás su viaje a la invención de una forma de ser arquitecto en una ciudad selvática como lo era aquel Buenos Aires de 2005. [...]
Es necesario empezar esta reseña por un tema crucial: adamo-faiden son custodios de sus propias referencias y descarados manipuladores de las mismas; sus orígenes como arquitectos son reconocibles, pero también encuentran versiones refrescantes de ellos mismos. Historias aparte sobre escribir segundos Quijotes idénticos, ellos saben bien que, en incontables ocasiones, las diferencias que imprimen las diversas contingencias en el modelo cuando intentamos reproducirlo con exactitud han conformado el estrecho margen en el que se ha movido la arquitectura para alcanzar sus conquistas. adamo-faiden obtendrán solo unos pequeños logros en cada jugada, pero su acumulación genera una envidiable progresión hacia la construcción de un perfil tremendamente contemporáneo.
Han pasado siete años desde que volvieron a afincarse en Buenos Aires para iniciar una práctica profesional y docente que hoy está culminando su primera etapa y sobre la que merece la pena hacer balance. La monografía de su trabajo no solo es pertinente por contar lo que han hecho, sino como instrumento intelectual de verificación y descarte de intenciones e instrumentos. Seguro que ellos son los principales beneficiarios de este esfuerzo recopilatorio que obliga a preguntarse si han funcionado las líneas argumentales intuidas y también si, inconscientemente, se han activado otras que han terminado por instalarse como nuevas ecuaciones de un sistema operativo que es mitad voluntad, mitad contingencia
Este ya ha producido una veintena de proyectos, que yo desearía poder ver todos a la vez, como si de una tabla periódica de elementos se tratara, representados de la misma manera, tan escueta como fuera posible, revelando condiciones espaciales, estructuras de vacíos, formas y técnicas compartidas. Veinte proyectos que salvo contadas excepciones se ubican —más bien se incrustan, como dispersas piedras preciosas— en el vasto territorio de la ciudad de Buenos Aires, y más particularmente en la trama densa e interiormente desestructurada de las manzanas de la ciudad. Quizá su proyecto MuReRe es la proyección del deseo de imaginar una ciudad capaz que concentrar lo que hoy está disperso: una colección de “adamofáidenes” que, como aquellos “Tarzanes contemporáneos” de Toyo Ito, se ofrecen como enclaves en los que protegerse y desde los que usar una ciudad tan viva y estimulante como exigente y agotadora. Sería bueno disponer de esa panoplia con la que revisitar el concepto de tipología, no tanto desde la agotada mirada funcional, sino desde la más objetual, al estilo de las series destiladas por artistas como Bernd y Hilla Becher y sus poderosas colecciones de ingenios mecánicos, silos o cobertizos, entregados a la pasión entomológica del observador que se entretiene descubriendo las coincidencias y se emociona con las diferencias. Y así son los proyectos de adamo-faiden: veinte cosas, veinte canciones, veinte juguetes con una cierta vocación de barracas construidas con desechos de la cultura postindustrial; veinte refugios desde los que explorar confiadamente la riqueza oculta en una ciudad resacosa de orgullos inoperantes. Y en este plan, es esencial recurrir a la posición extremadamente frágil con la que “El constructor contemporáneo” debilita su condición para dejarse abollar, para cambiar la resistencia y el esfuerzo por el diálogo y una buena dosis de ironía con la que enfrentarse a su contexto. Una fragilidad gracias a la cual todo puede pasar, y que, en definitiva, constituye un instrumento de libertad para escapar de unas reglas y unos modelos agotados. Con este instrumental, deambular por la ciudad de los arquitectos que adamo-faiden quieren ser es una experiencia llena de situaciones inesperadas: hay que saber montar una trampa, obtener agua donde parece no haberla, reconocer las plantas y, sobre todo, improvisar con casi nada. Hablamos de adamo-faiden, una pareja de rastreadores capaces de seguir las huellas de cualquier arquitectura y consumirla con el mejor provecho nutritivo, y que hoy cuentan hacia atrás su viaje a la invención de una forma de ser arquitecto en una ciudad selvática como lo era aquel Buenos Aires de 2005. [...]
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Gustavo Gili | 2G · 65 · adamo-faiden
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