Wanda propone reconstruir el edificio España sin mantener intacta la fachada protegida
Bruno García Gallo | El País, 2015-07-24
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2015/07/23/madrid/1437676624_261773.html
El grupo chino Wanda compró en 2014 el edificio España, un rascacielos madrileño icónico de los años cincuenta. Hace unos días ha presentado al Ayuntamiento un proyecto para rehabilitarlo, pero ve “inviable” cumplir la orden de la Comisión Local de Patrimonio Histórico de mantener intactos la fachada y los alzados laterales. Por ello, ha pedido permiso para desmontar todo el edificio y luego reconstruirlo. La concejalía de Urbanismo instará a Wanda a mantener el cuerpo edificado necesario para sostener la fachada, que en ningún caso podrá demolerse, según indicaron a El País fuentes municipales.
El edificio España, de 117 metros de altura y 28 plantas de altura, se construyó de 1948 a 1953 a las órdenes de Julián y José María Otamendi. El Banco Santander lo compró en 2005 por 389 millones para convertirlo en hotel, centro comercial y pisos de lujo. En julio de 2014, lo vendió por 265 millones a Wanda —dirigida por Wang Jianlin, 29ª fortuna mundial con 31.200 millones de euros—.
De cara a su proyecto de rehabilitación, tras más de una década de abandono —que ha repercutido muy negativamente en la plaza homónima que preside, en el centro de Madrid—, solicitó al Ayuntamiento la rebaja de su grado de protección. La Comisión Local de Patrimonio Histórico —integrada por el Gobierno regional y el Ayuntamiento, entonces en manos del PP— dio su visto bueno a esa rebaja del blindaje del edificio en función de su valor histórico-artístico, del nivel 2 estructural al nivel 3 parcial.
Permitía así la demolición parcial del inmueble, según la comisión para favorecer “la puesta en valor de un edificio muy degradado en los últimos años debido a su inactividad”. Pero el dictamen obligaba a preservar “las partes que revisten importancia y que lo caracterizan desde el punto de vista arquitectónico y escultórico”, señalando en concreto las fachadas y los alzados laterales.
Así lo aprobó el Ayuntamiento en diciembre de 2014. Pero hace unos 10 días, Wanda remitió a la Concejalía de Urbanismo una consulta especial urbanística: quería echar abajo el edificio, fachada incluida, para rehacerlo entero.
Según Wanda, “de acuerdo con los expertos de reconocido prestigio consultados, la consolidación de la fachada es inviable en condiciones de seguridad. No existen experiencias similares de mantenimiento de una estructura de esta altura y dimensiones, que además carece de capacidad portante”. “Por el contrario”, añadía, “sí es posible su desmontaje y posterior reconstrucción, preservando su imagen y valor paisajístico, algo de lo que sí existen precedentes y experiencias previas en la cultura arquitectónica”. Además, según Wanda, el edificio se hizo en una época “en la que no había materiales de calidad, y su vida útil está acercándose al final, pese a las actuaciones de preservación a lo largo de los años. Requiere de soluciones que aseguren su durabilidad a largo plazo”.
“Es un edificio moderno que se construye en efecto en un momento difícil en el que hay muy poco acero. Y la fachada no es un elemento resistente, en eso puede tener razón Wanda”, admitió a El País el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María Ezquiaga. “Pero el debate principal es si debe suprimirse el edificio. No es un inmueble histórico ni arquitectónicamente excepcional”, añadía, “pero los ciudadanos pueden sentir un vínculo afectivo por ser un icono de Madrid”. Por ello, el decano propuso convocar una consulta para que los ciudadanos se pronuncien. El Ayuntamiento recibió favorablemente la propuesta, pero ayer precisó que “descarta por ahora convocarla”.
El principal motivo aducido es que no es el momento adecuado para una consulta así, “ahora hay que cumplir la prescripción de la Comisión Local de Patrimonio Histórico y el marco jurídico”, señalan fuentes de Urbanismo a EL PAÍS. La respuesta municipal a Wanda, que están ultimando los técnicos, irá en ese sentido: es “muy posible” que la solución técnica de tirar el edificio entero y sostener la fachada como un lienzo en el aire sea en efecto inviable, pero sí se puede conservar una masa crítica suficiente, un cuerpo de la estructura del edificio que la mantenga durante las obras. El Ayuntamiento instará así a conservar la fachada, manteniendo si es necesario el cuerpo edificado necesario para sostenerla en vez de tirarlo todo.
Ricardo Aroca, exdecano del Colegio de Arquitectos y catedrático de Cálculo de Estructura, ve posible demoler el edificio manteniendo la fachada. “No es inviable ni inseguro, pero sí más caro”, explica Aroca, uno de los mayores expertos en el área. “No se trata sólo de resistir el esfuerzo de viento, hay que conservar el peso del edificio, al menos de una parte importante, para sostener la fachada. Pero se puede compaginar la demolición y la reconstrucción, ir deshaciendo mientras se rehace. Eso sí, llevaría mucho más tiempo y sería más costoso. Pero si hemos ido a la Luna, no hay casi nada que sea técnicamente imposible. Lo que pasa es que ir a la Luna es carísimo”, concluye.
Wanda ve imposible conservar la fachada
El edificio España, de 117 metros de altura y 28 plantas de altura, se construyó de 1948 a 1953 a las órdenes de Julián y José María Otamendi. El Banco Santander lo compró en 2005 por 389 millones para convertirlo en hotel, centro comercial y pisos de lujo. En julio de 2014, lo vendió por 265 millones a Wanda —dirigida por Wang Jianlin, 29ª fortuna mundial con 31.200 millones de euros—.
De cara a su proyecto de rehabilitación, tras más de una década de abandono —que ha repercutido muy negativamente en la plaza homónima que preside, en el centro de Madrid—, solicitó al Ayuntamiento la rebaja de su grado de protección. La Comisión Local de Patrimonio Histórico —integrada por el Gobierno regional y el Ayuntamiento, entonces en manos del PP— dio su visto bueno a esa rebaja del blindaje del edificio en función de su valor histórico-artístico, del nivel 2 estructural al nivel 3 parcial.
Permitía así la demolición parcial del inmueble, según la comisión para favorecer “la puesta en valor de un edificio muy degradado en los últimos años debido a su inactividad”. Pero el dictamen obligaba a preservar “las partes que revisten importancia y que lo caracterizan desde el punto de vista arquitectónico y escultórico”, señalando en concreto las fachadas y los alzados laterales.
Así lo aprobó el Ayuntamiento en diciembre de 2014. Pero hace unos 10 días, Wanda remitió a la Concejalía de Urbanismo una consulta especial urbanística: quería echar abajo el edificio, fachada incluida, para rehacerlo entero.
Según Wanda, “de acuerdo con los expertos de reconocido prestigio consultados, la consolidación de la fachada es inviable en condiciones de seguridad. No existen experiencias similares de mantenimiento de una estructura de esta altura y dimensiones, que además carece de capacidad portante”. “Por el contrario”, añadía, “sí es posible su desmontaje y posterior reconstrucción, preservando su imagen y valor paisajístico, algo de lo que sí existen precedentes y experiencias previas en la cultura arquitectónica”. Además, según Wanda, el edificio se hizo en una época “en la que no había materiales de calidad, y su vida útil está acercándose al final, pese a las actuaciones de preservación a lo largo de los años. Requiere de soluciones que aseguren su durabilidad a largo plazo”.
“Es un edificio moderno que se construye en efecto en un momento difícil en el que hay muy poco acero. Y la fachada no es un elemento resistente, en eso puede tener razón Wanda”, admitió a El País el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María Ezquiaga. “Pero el debate principal es si debe suprimirse el edificio. No es un inmueble histórico ni arquitectónicamente excepcional”, añadía, “pero los ciudadanos pueden sentir un vínculo afectivo por ser un icono de Madrid”. Por ello, el decano propuso convocar una consulta para que los ciudadanos se pronuncien. El Ayuntamiento recibió favorablemente la propuesta, pero ayer precisó que “descarta por ahora convocarla”.
El principal motivo aducido es que no es el momento adecuado para una consulta así, “ahora hay que cumplir la prescripción de la Comisión Local de Patrimonio Histórico y el marco jurídico”, señalan fuentes de Urbanismo a EL PAÍS. La respuesta municipal a Wanda, que están ultimando los técnicos, irá en ese sentido: es “muy posible” que la solución técnica de tirar el edificio entero y sostener la fachada como un lienzo en el aire sea en efecto inviable, pero sí se puede conservar una masa crítica suficiente, un cuerpo de la estructura del edificio que la mantenga durante las obras. El Ayuntamiento instará así a conservar la fachada, manteniendo si es necesario el cuerpo edificado necesario para sostenerla en vez de tirarlo todo.
Ricardo Aroca, exdecano del Colegio de Arquitectos y catedrático de Cálculo de Estructura, ve posible demoler el edificio manteniendo la fachada. “No es inviable ni inseguro, pero sí más caro”, explica Aroca, uno de los mayores expertos en el área. “No se trata sólo de resistir el esfuerzo de viento, hay que conservar el peso del edificio, al menos de una parte importante, para sostener la fachada. Pero se puede compaginar la demolición y la reconstrucción, ir deshaciendo mientras se rehace. Eso sí, llevaría mucho más tiempo y sería más costoso. Pero si hemos ido a la Luna, no hay casi nada que sea técnicamente imposible. Lo que pasa es que ir a la Luna es carísimo”, concluye.
Wanda ve imposible conservar la fachada
- protección. Wanda compró el edificio España en julio de 2014 al Banco Santander por 265 millones. Para su rehabilitación, el Ayuntamiento permitió en diciembre la demolición parcial, pero manteniendo la fachada y alzados laterales.
- Obra “inviable”. Wanda pidió hace 10 días permiso para desmontar el edificio entero y volverlo a reconstruir porque ve “inviable” echarlo abajo sin tocar la fachada. El Colegio de Arquitectos propuso una consulta ciudadana al respecto. El Ayuntamiento ha acogido favorablemente la idea pero la descarta “por ahora”.
- Negativa municipal. El Ayuntamiento negará a Wanda permiso para demoler la fachada, apostando por mantener durante la obra estructura suficiente para sostenerla en vez de tirar todo el edificio.
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